El amor de Cervantes
al sur del Adriático

Cuenta la leyenda que el famoso Miguel de Cervantes encontró la inspiración para el personaje de Dulcinea en un pueblo del Adriático. ¿Será la verdad? ¿Y de qué ciudad se trata?

Autora: Maja Sikimić

“El amor […] mira con unos antojos que hacen parecer oro al cobre, a la pobreza, riqueza, y a las lagañas, perlas”, escribió Miguel de Cervantes, autor de la famosa obra maestra de la literatura universal “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Solo así la aldeana Aldonza Lorenzo pudo convertirse en los ojos de Don Quijote en la maravillosa Dulcinea del Toboso. Lo crean o no, la leyenda dice que Cervantes encontró la inspiración para este personaje en la ciudad de Ulcinj. En la tradición popular de Ulcinj, Cervantes es conocido como Servet.

Os recordamos de un fragmento de esta novela que representa la relación de Don Quijote y Dulcinea:
“¡Oh princesa Dulcinea, señora deste cautivo corazón! Mucho agravio me habedes fecho en despedirme y reprocharme con el riguroso afincamiento de mandarme no parecer ante la vuestra fermosura. Plégaos, señora, de membraros deste vuestro sujeto corazón, que tantas cuitas por vuestro amor padece. Con estos iba ensartando otros disparates, todos al modo de los que sus libros le habían enseñado, imitando en cuanto podía su lenguaje. Con esto, caminaba tan despacio, y el sol entraba tan apriesa y con tanto ardor, que fuera bastante a derretirle los sesos, si algunos tuviera.”

Pero, ¿es verdad que Dulcinea era de Ulcinj, y cómo es que Cervantes acabó en esa ciudad?

Cuenta la leyenda que el famoso Miguel de Cervantes en su juventud fue esclavo de los corsarios de Ulcinj. Su obra maestra, el “Don Quijote” se relaciona con su cautiverio en la Ciudad Vieja de Ulcinj, conocida en los países latinos como Dulcinium, tanto por aquel entonces como hoy en día. En la leyenda incluso se menciona un tal Servet que, por su destino y la base de su nombre, se relaciona con Cervantes.

En la Ciudad Vieja de Ulcinj hay una plaza rodeada de fortines. Es la Plaza de los esclavos a la que los lugareños llaman la Plaza de Cervantes. Cervantes supuestamente cayó en cautiverio en 1575, cuando tres veleros de Ulcinj, al mando del terrible capitán Arnaut Mami, atacaron una fragata española en el Mediterráneo. En un enfrentamiento sangriento, los corsarios derrotaron a los españoles y llevaron el barco con los prisioneros a su puerto.

Entre los prisioneros se encontraba uno con la recomendación especial del rey español, lo que significa que se trataba de un esclavo de mucho valor, por el que se podía sacar mucho oro. Los lugareños lo llamaron Servet. Se dieron cuenta que se quedaba despierto en su celda hasta altas horas de la noche y que constantemente escribía algo, mientras que durante el día atraía a chicas con su canto, y ellas se acercaban a las ventanas de su celda. Así nació el amor entre él y una mujer local; se supone que unos años más tarde, vino un extranjero trayendo consigo mucho dinero y liberó al esclavo que se llevó consigo a la hermosa mujer de Ulcinj.

Según otra leyenda, Cervantes fue llevado a Argelia, es decir, a Berbería, con la que la gente de Ulcinj tenía estrechos vínculos. Supuestamente fue comprado por el cruel Hasan Agha. Tras cinco años de dura esclavitud, logró volver a casa, gracias a los frailes españoles que tuvieron que pagar quinientos táleros de oro por su liberación. A su regreso a España escribió el “Don Quijote”, una historia sobre Dulcinea, es decir, la mujer de Ulcinj.

Es interesante que ni los biógrafos de Cervantes ni los historiadores de renombre mencionen Ulcinj o el mar Adriático. El propio Cervantes en toda su vida no comentó que había estado en Ulcinj. De la vida de Cervantes, con excepción de los primeros veinte años de los que se sabe poco, existen numerosos datos históricos. No obstante, muchos cronistas coinciden en que existen supuestos realistas, que sitúan la esclavitud del escritor en la Ciudad Vieja.

En la Ciudad Vieja de Ulcinj existe una estatua conmemorativa de busto de Miguel de Cervantes. La estatua mide 3,6 metros de altura, y su autor es un famoso escultor albanés de Tirana, Bujar Vani.

Sin renunciar a las leyendas de la relación del célebre escritor con Ulcinj, que aún hoy se siguen contando, esta ciudad montenegrina de esta manera rindió un homenaje al célebre escritor, pero también a su Don Quijote de la Mancha. Y es algo que no es de extrañar, porque su novela es una obra maestra tanto de la literatura universal como de la española, es uno de los libros más traducidos, la obra más importante del Siglo de Oro español y, definitivamente, una de las mejores obras de ficción de todos los tiempos.

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Sara Marjanović
S1 E6 | MAYO 25, 2022 | 36 MINS

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