Sefardíes, los primeros españoles
que llegaron a los Balcanes
Descubre más sobre los sefardíes, su tradición, cultura, gastronomía y abundante patrimonio.
Autora: Maja Sikimić
Para la mayoría de nosotros, el bizcocho es sólo masa para tartas, su base, por eso quizás no sabíais que en realidad se trata de un pastel tradicional sefardí originalmente llamado Pan di Espagna, es decir, pan español. Hablemos de los primeros españoles que llegaron a Serbia, los sefardíes, de su tradición, cultura, legado, gastronomía muy diversa y rica, que incluye el mencionado bizcocho.
Recordemos que Sefarad es el nombre hebreo de España, y los sefardíes son descendientes de los judíos expulsados de España y Portugal. Tras vivir en el suelo español durante casi mil años, fueron expulsados en 1492 por el Decreto de la Alhambra. ¿Cómo es que los sefardíes llegaron a Belgrado, qué trajeron consigo y cómo se mantiene el recuerdo de ellos hoy en día?
Os llevaremos a un viaje por la historia, ante todo la de los sefardíes de nuestra región, pero primero mencionaremos las ciudades españolas más importantes en las que vivieron los judíos sefardíes.
El Instituto Cervantes organizó hace unos años la exposición llamada “Descubre Sefarad”. En aquella ocasión se presentaron la “Perla de los sefardíes” y la “Ciudad de los judíos”, es decir, la ciudad de Lucena en la que se ha conservado la judería, única por sus plazas, callejones y un cementerio excepcional. También se mostraron la ciudad de Córdoba, conocida por sus patios floridos que llenan las calles entrelazadas de la judería y Hervás, con sus encantadoras casas de ladrillo, que todavía huele a dulces sefardíes y castañas. La ciudad imprescindible en la Ruta sefardí es Oviedo, elegante y culta, como sus habitantes. La “Red de Juderías de España – Caminos de Sefarad” además incluye a Ávila, Barcelona, Cáceres, Calahorra, Estella, Jaén, León, Monforte de Lemos, Plasencia, Ribadavia, Segovia, Tarazona, Toledo y Tudela.
Volvamos ahora al principio y comencemos por el Decreto de la Alhambra, por el que los judíos fueron expulsados en 1492. Se estima que el número de refugiados fue entre 160.000 y 250.000 personas. Esparcidos por los cuatro costados del mundo, junto con las pocas pertenencias que tenían llevaron consigo su rica herencia cultural, lengua melódica y romances que los unían a su antigua patria. Los países que los recibieron tuvieron la suerte de acoger ciudadanos extraordinarios: intelectuales, médicos y comerciantes que hicieron prosperar la economía dondequiera que se asentaron.
A partir del siglo XVI, los sefardíes empezaron a llegar a Belgrado. Construyeron su “mahalla” en Jalija, en la orilla del Danubio, y luego se expandieron hacia el barrio de Dorćol, esto es, hasta la intersección de las calles Kralja Petra y Cara Dušana, centro de la vida comercial en aquel entonces. La “mahalla” constaba de casas de una o dos plantas, con jardines ocultos a la vista pública y tiendas que daban a la calle. El asentamiento de los sefardíes en Belgrado coincide con el dominio turco en la ciudad. Bajo el poder de la dinastía osmanlí, los judíos tenían ciertos derechos civiles y religiosos, lo que confirma el hecho de que en esa época fue fundado el Talmud Torá, la escuela para niños judíos. Desde su llegada hasta el pogromo (del ruso погром, pogrom: ‘devastación’, consiste en el linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, hacia un grupo particular, étnico) durante la Segunda Guerra Mundial mantuvieron en uso su idioma judeoespañol.
El Instituto Cervantes de Belgrado compiló un mapa y sitio web adjunto llamado “Belgrado sefardí”, con el fin de preservar la memoria de ellos, a base de las huellas que dejaron a lo largo de la ciudad. La ruta conduce desde la Sinagoga Sukkat Shalom, la única sinagoga activa en Belgrado, construida por la comunidad asquenazí, hasta la Casa de Jakov Čelebonović, miembro de una famosa familia sefardí, que alberga el Museo de Artes Aplicadas de Belgrado desde 1950. La ruta continúa hacia la Casa de Aron Levi, Museo de historia de los judíos, La escuela sefardí…
La calle “Braće Baruh” y la escuela del mismo nombre también forman parte de la ruta. Os recordamos que los hermanos de origen sefardí, Isidor, Bora y Josif Baruh, murieron en la Segunda Guerra Mundial luchando del lado de los partisanos. Uno de ellos, el pintor Bora, reunió voluntarios que participaron en la Guerra Civil Española. Tanto la calle como la escuela que hemos mencionado, llevan su nombre.
Hay que mencionar también el Casino Judío que se encontraba en la esquina de las calles Cara Dušana y Braće Baruh, un lugar de reunión y celebración de los miembros de la comunidad judía. No olvidemos el Baño ritual, que estaba ubicado en la calle Solunska.
Las comunidades judías de Bosnia, Serbia, Macedonia, Croacia y Grecia sufrieron una atroz destrucción durante el Holocausto. En Belgrado hubo varios campos de concentración: Topovske šupe, Sajmište y Banjica. Hoy en día, el Monumento a los asesinados en los camiones con cámara de gas (llamados dušegupke), así como el Museo del campo de Banjica nos recuerdan esos terribles sufrimientos.
En nuestro patrimonio cultural están escritos los nombres de muchas otras personalidades significativas de origen sefardí, como David Albahari, Lujo Davičo, Oskar Danon, Isak Samokovlija, los hermanos Baruh y muchos otros. El escritor serbio de origen sefardí más exitoso y famoso fue Oscar Davičo, ganador de numerosos premios y condecoraciones por su obra. El historiador literario Jovan Deretić escribió que Davičo –con su talento, creatividad y amplia influencia–, superó a todos los demás surrealistas literarios.
Es importante destacar que la Ley aprobada en 2015 posibilita que los descendientes de sefardíes obtengan la nacionalidad española. La República de Serbia es el primer país europeo en aprobar la Ley de eliminación de las consecuencias de bienes confiscados a las víctimas del Holocausto que no tienen herederos legales vivos. Esta ley permite la revitalización de la comunidad judía de Belgrado y Serbia.
En España hay un importante Centro de Estudios Sefardíes en el Instituto Arias Montano, así como el Museo Sefardí de Toledo. Sin embargo, la prueba más reveladora de los esfuerzos españoles por renovar viejos lazos con la comunidad judía se proporcionó en febrero de 2013, durante la gran inauguración de la Casa Sefarad Israel en Madrid. El objetivo de esta institución es salvar del olvido el patrimonio cultural sefardí como parte inseparable de la cultura española y profundizar su estudio. Y además, servir de promotora de la paz, el diálogo y la cooperación entre sociedades y culturas.
ESCUCHA EL PODCAST
Ana Jovanović, Suzana Stefanović
S1 E8 | JUN 22, 2022 | 39 MINS